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lunes, 12 de abril de 2010

¿Qué sienten dos viejos amigos al reencontrarse?

Una tarde de Abril, decidió hacer las valijas y dirigirse, por un tiempo hasta que el dolor de su alma sane a ese lugar que le traía tantos recuerdos de su infancia, al Chaco. Allá alejado de La Capital, en la casa que era de sus abuelos podría superar más fácilmente aquel engaño, esa puñalada en el pecho que cada día parecía hundirse más.
Marcos fue a despedirlo y exclamó con lágrimas entre los ojos:
-¡Hasta la vuelta amigo! Antonio lo miró tristemente, él sabia que era difícil su regreso a Buenos Aires, quería encontrar un nuevo camino, sobretodo después de haber vivido casi cuatro años en un mundo rodeado de mentiras, de ilusiones, un mundo dónde tu mejor amigo resulta ser el amante de tu esposa. Si…Marcos, íntimo amigo de Antonio.

Luján, aquella embustera mujer lo había seducido y enamorado en el segundo año de matrimonio, donde ellos todavía no habían llegado a entablar algún tipo de amistad.
Marcos futuro abogado, llamado “doc” por el común de sus conocidos, era un hombre codiciado por las mujeres y aunque creía en el amor jamás se había enamorado: Nunca, hasta que la conoció.
Esa señora infiel lo había deslumbrado. Se conocieron en los pasillos de una biblioteca pública y desde ese día por el período de un año se veían tres o cuatro veces al mes, no más. Él no sabía que era una mujer casada, hasta que ella no pudo ocultarlo más. Fue ahí cuando dejó de verla, ya que el “doc” estaba sentimentalmente involucrado y prefería hacerse a un lado y no provocar daños a terceros ni a él mismo.
Con el correr de los días, Marcos no podía evitar recordar aquella mirada pérfida y a su vez tierna que lo había enredado y seducido hasta el punto de no querer entablar otra relación, de no poder buscar a alguien que lo haga resplandecer, que lo haga despertarse cada mañana sonriente y feliz.
Se reunía con amigos con el fin de distraerse, uno de ellos era socio de un Club del barrio de Tenis y en una de esas charlas, palabras van palabras vienen y terminó por convencer al “doc” de inscribirse en el mismo Club, donde también asistía Antonio. Allí fue donde lo conoció. Jugaban dos veces a la semana, un partido de dobles con Marcos y dos amigos más.
Al cabo de unos largos meses, mas exactamente un año y medio, ya eran totalmente confidentes. Surgió la idea de comenzar a programar visitas y reuniones en las casas de cada uno; realizaban cada tanto fiestas temáticas, algunas veces iban solos y en una ocasión, los que la tenían, concurrieron con sus respectivas esposas. De esta manera fue como sucedió la tan inolvidable noche del 5 de Marzo: cada uno iría con su pareja. El abogado la volvería a ver.
La cena estaba servida, el encuentro se realizaba en la casa de Leandro, profesor del Club de tenis. Llegó Marcos, fue uno de los primeros, que por cierto era un muy buen barman y se dedicó a preparar tragos de todo tipo. Alrededor de las 11 de la noche, llega Antonio con su esposa. Marcos no imaginaba el infierno interno que le acaecería la aparición por la puerta de aquella mujer abrazada a su gran amigo.
Entraron y comenzaron a saludar a cada una de las personas que se encontraban cerca de hall principal. En un abrir y cerrar de ojos, mira suspicazmente a Lujan y enseguida dirige su mirada hacia Antonio: No lo podía creer. Sentimientos encontrados por doquier, ira, alegría de volver a verla, sensación de vacio, todo…todo era poco a comparación de lo que estaba viviendo.
Las dos copas de un daiquiri exquisito que tenia en la mano, se le resbalaron y cayeron de lleno al suelo. Estaba muy nervioso.
-¡Marcos, ¿Qué te pasa?!- exclamó Leandro atinando a sostenerlo porque parecía desmayarse.
-Nada- contestó dirigiéndose al baño.
Se miraba al espejo y no caía en si, no podía contemplar como esa farsante mujer resultó ser la mujer de un amigo. Se zambulló la cara en el agua, lloró un poco y tomó fuerzas.
Tuvo tres minutos de lucidez en los que recapituló todo ese año perdido, ese año de engaños, ilusiones, de noches de amor sin amor. No podía soportar que el marido de aquella mujer infiel que de forma extraña era uno de sus mejores amigos haya sido tan descaradamente burlado.
Así fue como se retiró del baño y sin ningún temor la desafió frente a todos.
Muchas veces uno pasa del amor al odio en a penas segundos y esa fue la gota que detonó la rabia, el amor transformado en odio: no hay peor sentimiento que aquel.
Se puso en medio de la aparente pareja feliz y libremente comentó para todos:
- Esta mujer que se encuentra a mi derecha, me conoce…hace mas de dos años, por eso su cara de asombro y sus ganas de que la tierra la haga desaparecer. Pase muy lindos momentos con esta mujer hasta que descubrí que era casada y hoy, justamente hoy… ya no la lloro más. Me di cuenta, por desgracia, que es la esposa de este gran hombre que tengo aquí a mi lado: una buena persona, con un noble corazón. Quizás no puedas entender esto amigo mío-le expresaba a Antonio mirándolo con angustia-, y me culpes por lo que pasó. Nunca le haría mal a esta linda y sincera amistad que de a poco construimos, y menos por alguien como ella. No te conformes y no te dejes engañar más.
Leandro los hace a un lado a los tres.
-¡No entiendo nada!... ¡No entiendo nada! pero sabía… yo sabía que no era buena mujer, sabía que me mentía, desafortunadamente si busqué dolor lo encontré en esta mujer-exclama Antonio agarrándose la cabeza y llorando-.
Luján estaba pálida a punto de desvanecerse. Un par de mujeres la socorrieron.
A partir de ese momento no los volvió a ver nunca más.
El doc y su amigo, sufrieron por un largo tiempo, uno tomo un rumbo, otro decidió irse de la provincia.
Después de dos años, volvieron a reencontrarse en una Navidad. Antonio había regresado porque descubrió lo lindo de la vida a pesar de las caídas. En ese reencuentro pudieron aprovechar lo reconfortable de tener un hombro con el cual contar ciegamente. Aunque la odiasen, cada uno sabía que ambos continuaban enamorados de esa mirada irradiante, de esa mujer irritablemente mentirosa, Luján.

1 comentario:

  1. Bienvenida, Antonella! Qué bueno que abriste tu blog. Te recuerdo que subas tu presentación como lectora.

    Con relación al cuento, me parece que tendrías que controlar la cantidad de información que vas brindando a lo largo del desarrollo. Eso ayudaría a generar un efecto de suspenso. Por ejemplo, aquí ya en el primer párraco decís "(...)un mundo dónde tu mejor amigo resulta ser el amante de tu esposa. Si…Marcos, íntimo amigo de Antonio.(...)". Qué pasa si ocultás ese dato o si lo revelás mucho después?

    Te recomiendo que mires el cuento que escribió Gabriela, donde el tema de lo dicho y lo no dicho (y cuándo y cómo decimos)está muy bien resuelto.

    http://atravesdelespejoy.blogspot.com/2010/04/sur.html

    Hasta mañana, saludos.

    Emilia

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