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martes, 5 de octubre de 2010

Proyecto narrativo...cambio de enfoque.

Tiempo al tiempo



Hace cuatro días que Benjamín no va al colegio. Todas las mañanas es una odisea levantarse. Lo despiertan muy temprano y le preparan el desayuno, esperando que la combi venga a buscarlo. El mal humor prevalece la mayoría de los días, algunos se hace el congestionado y dice que no quiere ir. Otras veces, resulta cierto como ahora.

Esta sentado en el sillón del living viendo tele y jugando a la play. Tiene un poco de fiebre, bronco espasmos y un leve grado de vagancia (como si esto fuera novedad).
Es hora de que se ponga a ejercitar un poco la mente, tanto sedentarismo frente a la tele va a cegarlo. Buena excusa para escribir, es el cumple de su papá dentro de unos días.


-¿Qué letra sigue?


-No sé, pronuncialo de nuevo y te va a salir.


-No puedo, no me sale, no se cual sigue.


-Repetí la palabra y ya te va a salir Benja!

(…)

- ¿Con esto está bien? ¿No escribí poco? (“Feliz Cumple, te amo”).


- No importa la cantidad que escribas, importa lo que escribís.


- Si, puede ser. Pero igual si escribo más me empiezo a trabar y no me salen las palabras.



Se nubla. Se traba. Retoma una o dos veces. Vuelve a empezar, no siempre hasta que le sale.

Hoy después de casi una semana de no ir, Benjamín está llegando del colegio. Ya se escucho la bocina de la combi, así que su mama va a recibirlo. Alma, su mamá, da clases particulares en su casa después de su turno tarde en el colegio 49, a unas 20 cuadras de su casa.


-Benja acá te preparé la merienda, cuando termines levanta las cosas y dejalas en la cocina y lavalas. A las 20:00 termino de trabajar, acordate que hoy te toca preparar la mesa a vos.


- Ya se mamá que tengo que levantar las cosas. Hoy no me toca armar la mesa a la noche a mí, es miércoles, le toca a Anto.


- Bueno pero Anto no viene a cenar hoy a casa, ¿la podes reemplazar vos?


-(A los gritos) CLARO, SIEMPRE YO. DESPUÉS MAÑANA ES JUEVES Y ME TOCA A MI Y LA TENGO QUE ARMAR OTRA VEZ Y ANTO NO ME AYUDA.


-Bueno, ¡basta! ¿Recién llegas y empezas a quejarte?



-¡NO ME ESTOY QUEJANDO! NO QUIERO ARMAR LA MESA DOS DIAS SEGUIDOS. (….) Bueno, está bien, pero que otra vez me ayude ella.



Alma piensa que tendría que dejar de quejarse por tonterías. Hay cosas peores que armar una mesa. No esta tan equivocada. Pero es siempre la misma situación.

Quejas. Enojos. Caprichos.

Benja termina su merienda, levanta su vaso, el plato y los lava. No emite ninguna palabra. Sabe que su mamá tiene razón, pero no se lo reconoce. Aunque reniegue, comprende que ella no se equivoca (no sé porque la necesidad de repetir las cosas una y otra vez). Bueno, aunque a Antonela también hay que repetirle algunas cosas a veces...

Benjamin es transparente y puro, si le hablas de mentir nunca lo hizo. Creo.
Es una caja de sorpresas, llena de alegría, de vida, de entusiasmo. Es un enamorado del amor, quiere su novia, y lucha por conseguirla.


(A su mamá)

-Cuando tenga hijos me voy a ir a vivir a una casa muy grande. Pero cerca de acá. No me quiero ir muy lejos. También voy a llevar a mis hijos al colegio todas las mañanas como hacías vos conmigo, si en algún momento los tengo que aconsejar me voy a acordar de todo lo que me enseñaste y si no vengo y les digo que hablen con vos.


No es imposible.

A sus padres, todavía les taladra la cabeza aquella frase “posiblemente su hijo sea un vegetal”.

Hoy lo miran, sonríen y piensan: Un vegetal… Que camina. Que hace monólogos. Que se expresa. Creo que por eso le exigen, quieren que deje de quejarse.

Ya es viernes, empieza un nuevo fin de semana. Alrededor de las 18 hs su papa pasa a buscarlo y se va para su casa hasta el sábado a la noche. Como esta de mudanza, hay muebles por todos lados.


(Benja)

-Yo llevo este armario arriba, dejame a mí.



(Su papá)

-Bueno dale, pero lo llevamos entre los dos. Te pedí que me ayudaras, no hace falta que lo hagas solo.


Benja: -Dejame que yo lo hago solo, yo tengo fuerza y puedo hacerlo. No solo puedo sino que quiero hacerlo solo… Pero eso si, después te juego un partido en la play.

De alguna manera quiere equiparar las diferencias que siente que tiene. Marcando: Esto puedo, esto no. Esto quiero, esto no me interesa.


Todos quieren aportar algo para Benjamín, para y por él. Pero no saben qué ni dónde ni cuándo.
Le dan sermones para que escuche y aprenda.
Benjamín, el sábado llega de su papa y en medio de una discusión dijo algo:


-Todos los días intento, aunque no siempre lo demuestro y cuando me sale siento satisfacción de que puedo hacer las cosas. Cuando no me sale me frustro y me voy a la pieza a escuchar música para distraerme y despejarme. Pero si vuelvo a intentar sé que voy a poder por más que tarde más que los demás.
¡Así que basta de decirme todo el tiempo las cosas!
Está bien…soy un poco caprichoso. Pero sé lo que me sale y lo que no. Yo los amo porque son mi familia, pero hay veces que me aturden. Entiendo que no tendría que ser tan vago y practicar un poco mas de lectura y escritura.
Yo tengo mis tiempos


Nadie agrego nada.

Benjamín se va a su pieza y a dormir. Vuelve a bajar las escaleras y dice con un tono simpaticón y a la vez medio enojado:


-Es solo cuestión de tiempo, ¿pueden entender eso?... Eso sí, sigan enseñándome siempre.

Respuesta a la carta argumentativa.

Buenos Aires, 28 de septiembre 2010

Querido futuro posible hijo:

A mí también me abandonaron. Nunca conocí a mi mama. Bueno, ciertamente si la conocí pero ya ni me acuerdo. Me dejo a mí y a mis 2 hermanitos solos. Y mi papa, por supuesto desapareció a los días. La mayor y única mujer de la familia era yo, me tuve que hacer cargo. Creo que entre los tres sumábamos como mucho 11 años. De lo poco que puedo acordarme, no sé si porque era chica o porque preferí borrar y anular recuerdos, es que al principio me hice la fuerte, la madraza, con apenas 6 años y “dije”: ¿Ah, si? ¿Nos dejan solos? Miren que fácil que me las arreglo. Pedía por la calle, algo me daban aunque nos miraban mal o con miedo todo el tiempo.

Teníamos un tío, que se apiado y nos tuvo un tiempo con él, hasta que después se ve que no nos aguanto más y nos largo también. La odie mucho a mi mama, pensaba que si reaparecía no iba a permitir que nos vuelva a ver. Ella ya había tomado una decisión y era dejarnos solos, desprotegidos. Todos los días era una odisea y un acertijo pensar cómo íbamos a pasar la noche, qué íbamos a comer. Qué les iba a dar YO de comer, me sentía la mamá de ellos y los tenía que cuidar. Con dos y tres años, ¿Qué podían hacer? ¿Qué iban a hacer? Pobrecitos.

Después de un tiempo, año y medio casi dos, cada vez que miraba a mujeres con sus bebes en brazos, bien prolijitos y perfumados, o veía nenes correteando por las plazas no podía evitar ponerme a llorar y querer que mi mama vuelva. Si, la extrañaba mucho y la necesitaba. No podía más sola. Si bien ya estábamos en un hogar, quería despertarme y ver a una mamá, a una mujer que me cuide solo a mí y a mis hermanitos. Mas allá que la celadora y la rectora del hogar eran un amor. No me bastaba con eso. Quería a la mamá que muestran en las películas o series infantiles, que todos los días me cuente un cuento antes de dormir, que me cocine la torta que me gusta, que me rete cuando sea necesario, que me diga que hacer, que me abrace como nunca nadie me abrazo. Si mi mamá hubiera vuelto, la que no la dejaba ir esta vez era yo. Pase años padeciendo su falta, y cada uno de ellos extrañándola y necesitándola. Pero desde que nos dejó, nunca más supe de ella.

El día de mi cumpleaños número 12, o al menos era el día que nos llevaron al hogar, Margarita quien nos cuidaba en el hogar me dio el regalo más grande y hermoso. Un ángel hecho mujer nos iba a cuidar a mí y a mis hermanos. Hace tiempo que se estaba tramitando la guarda y la adopción, faltaba ultimar unas cosas. Ella no podía tener hijos pero nos tuvo, nos adoptó y nos amó durante mucho tiempo. Hoy ya no la tengo más, falleció hace unos meses.

A pesar que físicamente se fue, no me siento más sola. Tuve ese amor que tanto necesite y lo guardo para siempre. Antes me creía una heroína pensando que podía arreglármelas sin ayuda de nadie, y de grande me doy cuenta que con ese pensamiento lo único que estaba pidiendo era que me salven, que un ángel me abrace y no me suelte mas. Yo tuve ese ángel, y hoy quiero ser uno. ¿Te puedo abrazar?

lunes, 4 de octubre de 2010

Carta argumentativa

Buenos Aires, 18 de Septiembre de 2010

Estimada Dra Gomez Larrea:


Me dirijo a usted por medio de la presente para comunicarle la inquietud que tiene sumido al grupo “DETRAPER” (Defensa contra el trafico de personas) del cual soy parte como vocal desde el año 2002.

Somos conocedores que Ud. precederá el congreso para analizar las conductas y perfil de las victimas del trafico de personas a realizarse en el país, en el mes entrante.
Sin animo de imposiciones y humildemente hacemos la observación, no sea cuestión que de victimas pasen a ser juzgadas como inductoras y eso logre atenuar la culpabilidad de los traficantes.

La trata de personas es una violación a los derechos humanos, la bien llamada esclavitud contemporánea que abre un abanico mas amplio como trafico de drogas, de órganos.

Como bien sabe,la Constitucion prohíbe absolutamente la esclavitud, quien someta a una persona a la servidumbre para que ejerza contra su voluntad cualquier actividad, comete un crimen constitucional. Tambien quien ingresa al país como esclavo, una vez descubierto, será libre por el solo hecho de pisar suelo argentino. Al menos es lo que quiere la Ley Suprema de la Nacion.

Deseamos que estos fundamentos se hagan valer y cobren peso. Sabemos que en muchos de los casos las victimas saben que entraran en el negocio de la prostitución pero lo que no se les hace saber es en que condiciones tienen que ejercerlo.

No es solamente la trata de mujeres con fines de prostitución la que puede conducir del consentimiento a la esclavitud, tambien existen casos de hombres que son contratados como obreros de la construcción, toman el trabajo por necesidad pensando que es legitimo; y se los encuentra en el lugar de trabajo en condiciones infrahumanas y sin paga alguna.
La situación mas extrema es cuando la victima es un menor de edad, caso en el cual, la violencia esta siempre presente.

Esta sobrevivencia de la esclavitud en nuestro país no viene de una novedosa actividad delictiva de los últimos tiempos, nace antes de nuestra Patria y persiste hasta hoy dia.

No tengo intenciones de prestar una mirada moral de la cuestión sino que abarco y abrazo los valores que están en juego: la salud mental y la libertad personal.

Sin mas que agregar confiamos en su firmeza .


Saludamos atte.